Una cuestión de ubicación. Con un pie todavía en la cama y el otro ya en la pista.
Chetzeron
Para algunas personas se trata de un lugar energético, para otras de un templo gourmet y para los amantes de los deportes de invierno del hotel ski-in ski-out perfecto. El Chetzeron, en las alturas de Crans-Montana, se encuentra en medio de la estación de esquí y muy alejado de la rutina diaria. Su situación es de puro lujo.
Ski-in ski-out hotels
Nada más salir de la cama, con un pie en la pista. Los hoteles ski-in ski-out convencen por su proximidad a las pistas y funiculares, y ofrecen experiencias de invierno únicas a pie de pista.
A la izquierda el Montblanc y a la derecha el Cervino.
Con vistas siempre incluidas.
«Si miras por la ventana de la habitación», explica Sami Lamaa, «a la derecha verás el Cervino, a la izquierda, el Montblanc». Y entre los dos, se encuentra el séptimo cielo para los amantes de los deportes de nieve, entusiastas del invierno y gourmets. ¿Cuál es el atractivo singular del Chetzeron? «Tres aspectos –afirma Lamaa–: la ubicación, la ubicación y la ubicación».
Llegar hasta allí ya es toda una aventura: de día, se llega a la antigua estación de montaña de la telecabina Crans-Chetzeron a pie, o con esquís y tablas, desde Cry d\'Er; cuando oscurece, los pisanieves del hotel llevan a los huéspedes arriba, y de nuevo abajo al pueblo.
Desde la antigua estación al hotel.
En los años sesenta y setenta, la alta sociedad italiana y francesa comía aquí opíparamente, antes de que el restaurante a pie de pista se degradara. Cuando en 2001 se suspendió la circulación del transporte de montaña, había planes de incluso derribar el característico bloque de hormigón.
Sin embargo, Sami Lamaa supo apreciar el potencial y lo aprovechó. En 2008 abrió el restaurante gourmet, en 2015 el hotel.
La posibilidad de ir directamente de la cama a las pistas es algo que muchos alojamientos ofrecen en Suiza. Sin embargo, solo unos pocos lo brindan con un factor de exclusividad igual de elevado. Quien, por ejemplo, se ate la tabla después de desayunar para deslizarse por uno de los más bellos descensos en las inmediaciones de Crans-Montana en dirección al valle, tendrá la pista para él solo.
Bajar a solas por la pista es algo de lo que además disfrutan los empleados del Chetzeron, para quienes una vez finalizada la jornada laboral no queda otra: calzarse los esquís en medio de la noche. Salvo que nieve o haya tormenta, es una experiencia mística que los huéspedes envidian.